El dióxido de carbono o también llamado anhídrido carbónico es un refrigerante natural (CO2 o R-744) que surge a través de la combustión del carbón, la fermentación de líquidos y la respiración de las personas y animales. Es un fluido inodoro, incoloro y más pesado que el aire. Se puede emplear como refrigerante  en instalaciones de frío comercial e industrial en sus fases de aplicación subcrítica y transcrítica.

La aplicación es subcrítica, cuando el CO2 se evapora absorbiendo calor como cualquier otro gas, su estado pasa de gas a líquido. Por otro lado, la aplicación es transcrítica cuando el cambio de gas a líquido no surge de forma tradicional y se requieren de controles de regulación de presión especiales.

El CO2 es considerado una buena alternativa para sustituir a los HFC (hidrofluorocarbonos) porque no es dañino en la capa de ozono.

Los sistemas de refrigeración con CO2 requieren compresores más pequeños que los tradicionales y por tanto la cantidad de flujo de masa es menor.

Su coste es menor que la mayoría de los refrigerantes y no es inflamable ni tóxico. También presenta una gran tasa de intercambio térmico de temperatura en evaporadores, condensadores y enfriadores de gas.

El funcionamiento en cascada consigue unos excelentes valores de eficiencia y rendimiento con sistemas de bajas temperaturas, con ahorros de hasta el 45% frente a sistemas tradicionales.

¿Dónde se emplea principalmente?

1. Refrigeración industrial y comercial: sistemas en cascada NH3/ CO2.
2. Bombas de calor (calentamiento de agua).
3. Refrigeración comercial: supermercados, sistemas directos, cascada o indirectos.

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