Consejos para ahorrar en energía en tu sistema de refrigeración
El coste de la electricidad tiende a aumentar año tras año. Los requerimientos para llevar a cabo un eficiente proceso de enfriamiento, pre – enfriamiento y congelación de la producción absorben hasta el 80% de energía eléctrica.
La eficiencia energética de un sistema de refrigeración está determinada por dos factores fundamentales:
- La potencia frigorífica: es la cantidad de calor que queremos extraer del ambiente.
- La potencia energética: es la cantidad de energía inyectada para llegar a la temperatura que queremos.
Un sistema de refrigeración será eficiente cuando garantice la mayor potencia frigorífica con la menor potencia energética posible.
Los sistemas de refrigeración más habituales son: el aire forzado, la refrigeración por vacío, por hielo y por agua. La elección de la mejor opción para cada proyecto se deberá elegir después de la evaluación correspondiente.
También es importante la elección de los refrigerantes, las alternativas como el CO2 y el amoniaco aparte de reducir el daño atmosférico ayudan a incrementar la eficiencia energética del sistema.
A la hora de elegir el refrigerante más adecuado, es importante considerar las legislaciones vigentes en el país en la que se encuentre el sistema de refrigeración y los factores de seguridad como la temperatura del gas de descarga y la toxicidad o riesgo de inflamación.
La buena elección de elegir un buen refrigerante puede ayudar a reducir tanto los costes de la energía como de los componentes.
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